agosto 15, 2012

Auscultación Cardiaca: René Theofile Laennec

En esta entrada les propongo hacer un viaje por la Francia de finales del siglo XVII y comienzos del siglo XIX,  para que recordemos a un genio de la medicina clínica, al médico: René Theofile Hiyacinthe Laennec.


Pintura de Robert A. Thom, 1960.







Antecedentes:  Es claro que durante el desarrollo de la humanidad, el ser humano ha tenido la tendencia por mantener la salud y curiosiar por los intrincados pero apasionantes fenómenos que intervienen en la enfermedad de los individuos. En ésta búsqueda los humanos  han sacado todo su ingenio para el estudio de las patologías del corazón, inicialmente, se carecia del famoso, clásico y reconocido instrumento del médico: el fondendoscopio. Sin él,  el estudio de los sonidos provenientes  del corazón tenía irremediablemente que hacerse apoyando la oreja sobre el pecho del paciente. Dicho método se conoce como auscultación inmediata y se desarrolló desde tiempos hipocráticos. Por ejemplo, ya Hipócrates había hecho descripciones sobre los hallazgos de la auscultación describiendo los estertores asociados al edema pulmonar como "“vinagre hirviendo”. Posteriormente WILLIAM HARVEY, en su obra DE MOTU CORDIS en 1628, no solo describe que la función principal del corazón era bombear sangre a través de venas y arterias, si no que también realizó la primera descripción de los sonidos cardíacos; ROBERT HOOKE (1635 a 1703) fue el primero en entrever la importancia de la auscultación como medio para descubrir problemas internos al cuerpo humano, y en 1715, JAMES DOUGLAS realizó la primera asociación entre sonidos cardíacos y condiciones patológicas. Todos estas descripciones basadas única y exclusivamente en apoyar o acercar la oreja sobre el  pecho de los pacientes.

El joven Laennec:

René Theofile Hiyacinthe Laennec, nació en Quimber, Britania, una provincia de francia el 17 de febrero de 1781, ocho antes del estallido de la revolución francesa. Sus antecedentes familiares muestran que Laennec perteneció a la clase alta francesa, su línea paterna era una gran dinastía de reconocidos abogados y notarios,  que incluso llegaron a ser parte del parlamento británico. Su abuelo  fue incluso alcalde de Quimber, su padre, también abogado, se desempeñaba como consejero del rey y también hacia parte de la marina en ese entonces. El linaje materno tampoco se quedaba atrás, en este, fue caracteristico una devoción por la literatura y escritura. Sin embargo, su madre, murió cuando Laennec se acercaba a los 5 años y medio. Lo que hizo que su padre - ante la imposibilidad de cuidar de él, lo envió a Nantes donde su tío Guillaurme Laenec.

Aunque Laennec inicialmente quería ser ingeniero y estuvo a punto de ingresar a la Escuela Central de Obra Públicas, decidió temprana y afortunadamente que se dedicaría el resto de su vida a la medicina. Aunque muy joven (trece años)  Laennec ya asistía  a los hospitales militares de Nantes y también iba a cursos en la Escuela de Medicina del mismo nombre, influenciado en gran parte por su tío médico Guillaurme. Laennec, descrito como de inteligencia brillante, de gran capacidad de observación, de espirito curioso y sencillo, siempre tuvo inclinaciones por las letras  la música, a los 19 años fue becado  a Paris a hacer estudios formales en medicina. Dicha época, el descrita por algunos historiadores como  muy dura pues no contaba con suficientes recursos económicos, recibía algunas pensiones en el barrio latino y una ayuda de su hermano, quien era abogado y le permitia acceder a las revistas de medicina de la época. Allí consiguió terminar sus estudios de medicina.

Perfil Médico:

1803 - Recibe el primer premio de medicina y cirugía (se dice, que en realidad recibió dos premios de cuatro). Uno de los premios fue en cirugía, en el cual ayudo a practicar una amputación de pierna  al famoso cirujano Duypuytren (recordemos las descripciones de la fractura fractura distal de tibia y la contractura palmar)  Aún como estudiante de medicina, Laennec logra reunirse con altos mandos de la salud parisina como Nicolas Covrisart, jefe del hospital de caridad, médico de Napoleón, el cual le enseña a perfeccionar sus conocimientos médicos y tambien le propone que de su primera cátedra, la de patología. (Recordemos que Corvisart, fue uno de los médicos que propuso que era fundamental contar el pulso y las respiraciones en un minuto, claro, con un reloj de arena).

1804 - Defendió su tesis doctoral: propuestas sobre la doctrina de Hipócrates, en relación con la medicina práctica.   Presentada y aceptada en la facultad de medicina de parís.

Laennec se dedico posteriormente a realizar trabajos en patologia, una ciencia que para la época se consideraba novedosa, allí pudo entrar en contacto con órganos realmente enfermos, de  los cuales le llamo la atención uno: el hígado. Fue en ese entonces que Laennec describió por primera vez el hallazgo patológico de la cirrosis hepática, aunque éste hecho no trasciende, el hallazgo, fue una nota a pie de página proponiendo dicho nombre (kirrós, amarillo), para el hígado granular, indurado y amarillento encontrado en la autopsia de una caso con enfisema pulmonar. 


Aunque era conocido el talento de éste médico, no hizo parte de los mejores hospitales parisinos de la época, por lo que se dedico a hacer consultas en un consultorio propio y el cual fue tomando muy buena fama, teniendo como pacientes a reconocidos personajes de la época, algunos de ellos de la realeza, muy ricos, los cuales le sirvieron para que  tuviera un buen sustento económico. Sin embargo,  también era médico voluntario, trabajaba aplicando vacunas y viendo pacientes que no podían pagar por su situación económica, de allí surgió un importante y valioso conocimiento que Laennec documentaba en sus diarios médicos.



La invención del estetoscopio:


Fue en Paris, en el hospital de Necker, un hospital que era no más que un convento abandonado,  que Laennec se ejercía como médico, era una época dominada por una gran epidemia de tuberculosis, una enfermedad que le arrebato uno de sus seres mas queridos,  su esposa. Ese mismo año fue en el que Laennec invento el estetoscopio. 

Aunque existen varias versiones de la historia, la mas aceptada en el momento es que el joven francés en otoño de 1816 estaba programado para atender a una mujer joven con enfermedad cardiaca. Debido a que iba retrasado se dio a la tarea de tomar un atajo por el patio del Louvre donde unos niños se divertían sobre una pila de madera vieja. Allí le llamó la atención un juego:  En él,  los niños se dividían en dos grupos, uno en cada extremo de una viga de madera, mientras unos en un extremo daban arañazos a la viga, los jóvenes del otro lado apoyaban su oreja sobre el otro extremo y quedaban en asombro con los sonidos escuchados cada vez que el otro grupo daba unos arañazos sobre el mismo. Al notar lo anterior Laennec llegó  la habitación para su cita médica y decidió enrollar un libro hasta que quedara un apretado rollo de papel de forma cilíndrica,  ante el asombro de los espectadores, se coloca un extremo de este instrumento burdo contra el corazón del paciente mientras se aplica el oído a la otro extremo.  Así Laennec pudo por primera vez en la historia escuchar el sonido del corazón y también el murmullo respiratorio con el uso de un nuevo instrumento. ¿Descubrimiento serendípico? Decidanlo ustedes.

Una vez que fue creada esta clásica pieza de la medicina, Laennec no tenía un nombre para asignar, aunque su tío Guillaume le había sugerido llamarlo  “Toraciscopio”  Laennec era demasiado purista como para aceptar un nombre que combina latín y griego, asi que finalmente se decidió por “estetoscopio”; palabra que etimológicamente significa “para  observar el pecho” derivada de las palabras griegas e στήθος [stéthos], pecho, y σκοπή [skopé], observar.


Podemos atrevernos a decir que éste nuevo instrumento marcó como nada la vida médica de Laennec, ya que se convirtió en su verdadero fetiche, el cual perfeccionaba constantemente, inicialmente de papel, el estetoscopio fue diseñado como una pieza de madera adecuadamente tallada para que permitiera la mejor transmisión de los sonidos provenientes de la caja torácica. Su método de la aucultación vino a completar la exploración física inerme y con el nació la neumología, y pudo nacer, de verdad, la cardiología, que venía gestándose hacía siglos.


En su libro de 900 páginas y uno de los que más a contribuido al crecimiento de la medicina clínica, Traité de L’Auscultation Médiate (tratado de la auscultación mediata), fue publicado en dos volúmenes, contiene 50 capítulos, la mitad sobre  enfermedades pulmonares y la otra mitad sobre enfermedades cardiacas,.  En él Laennec describe con gran precisión la correlación entre varios de los signos clínicos que mas se tienen en cuenta para la valoración cardiopulmonar y los hallazgos patológicos, algunos de sus más valiosos hallazgos incluyen por ejemplo: todo lo referente a los ruidos cardiacos, los soplos orgánicos y anorgánicos,  los frotes pericárdicos, describe e interpreta varios fenómenos físicos audibles, con excepción del ritmo de galope y de los soplos organofuncionales. A nivel pulmonar describe muy bien los estertores (de todos los tipos) , los soplos (bronquicos, pulmonares, pleurales) y hace definición sobre lo que se considera normal y patológico a este nivel (pulmonar).

A pesar de lo anterior a Laennec no le sobraron las críticas, los sarcasmos fueron parte del desarrollo del estetoscopio, por ejemplo, le llamaban “cilindromaniático”, “adivino”, etc. Sin embargo, todas estas incomprensiones a un genio de la medicina moderna quedaron atrás y fueron sus discípulos los encargados de prolongar a lo largo del tiempo todos sus aportes a la semiología actual. De ellos vale la pena resaltar a Boillaud, quien aportó  el estudio de la patología del endocardio y sus relaciones con el reumatismo; Durozies,  y sus descripciones de la estenosis mitral; Potain quien valoró  los ritmos de galope, los soplos valvulares,  y los inorgánicos,  las lesiones tricuspídeas. Asi, podemos concluir que detrás de este instrumento insignia de la medicina, esta un hombre curioso, ingenioso y sobre todo un gran clínico.

Laennec murió a los 45 años de tuberculosis, de la cual fue un gran estudioso pero que acabo con también con la vida de su hermano y su esposa.

Aunque la historia es mucho más detallada. Lo anterior no es más que un abrebocas para que se antojen a leer un poco la historia de este gran clínico que nos dejo valiosos conocimientos, que espero no sean tan olvidados como parece ser que esta sucediendo, pero en otra entrada trataremos de discutirlo. 

Gracias por leerme.



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