enero 23, 2011

Consumo de café y salud cardiovascular


Nací en un país por excelencia cafetero, a pesar de ello no soy muy amante del café, lo consumo de vez en cuando, sobre todo cuando estudio para los exámenes de la U, sin embargo, veo a mi alrededor personas empedernidas por tomar café; algunas no pueden empezar su día sin una taza de tan preciada bebida, las tienda Juan Valdez de la ciudad se mantiene llena de gente conversando y tomando café. Cuando he tomado café he sentido taquicardia, entonces llegó a mi mente la siguiente pregunta: ¿Cual es la relación entre el consumo de café y la salud cardiovascular? En la universidad no se ha tocado el tema, entonces me di a la tarea de buscar información; busqué en PUBMED, en NEJM, en BMJ encontré muchos datos, pero de pronto al buscar en Google encontré una página web sobre café y salud que me pareció muy interesante (CAFEYCIENCIA.ORG) por la claridad con que manejan los temas y porque ponen a la mano la evidencia científica sobre ello. Sinceramente me aportó en detalle lo que buscaba, buena información, y con evidencia. Como lo dicen en su web, la línea académica de “Café y Ciencia” tiene por objetivo divulgar y contextualizar los hallazgos médicos sobre el café y la salud. Está orientada por el Grupo Consultivo de Café y Salud, constituido por profesionales de la salud de las diferentes organizaciones miembro.

¿Qué aprendí? Primero, que los resultados de los estudios son controversiales, y segundo, que “depende” ¿Depende de qué? De muchos factores; por ejemplo: de la dosis, de si la persona está acostumbrada o no a tomar café, del tipo de café que se consume (filtrado o no), entre otros. Dejo a continuación ciertos puntos que me llamaron la atención.

Café y presión arterial:

El papel del café en el desarrollo de la hipertensión es controvertido dado que el tomar café ha sido asociado con el aumento y la reducción en la presión sanguínea, como también se ha mostrado que no ejerce ningún efecto. Las inconsistencias en los estudios reportados pueden ser explicadas por fallas en las metodologías y en el control de variables de confusión, incluyendo presión arterial basal, el hábito de fumar, diferencias por género, variaciones en el consumo alimentario y en el consumo de licor, niveles de estrés y grado de obesidad, al igual que una incorrecta determinación del consumo de café y cafeína.

En un estudio sobre el consumo agudo del café y su efecto sobre la presión arterial en humanos in vivo, Corti y col. concluyeron que tanto el café como la cafeína producen aumentos comparables en la actividad nerviosa simpática y la presión arterial en consumidores no habituales de café, mientras que los consumidores habituales no presentan incremento en la presión arterial, a pesar de que en ambos se presenta una activación del sistema nervioso simpático. El café descafeinado también incrementó la presión arterial y la actividad nerviosa simpática en los bebedores no habituales, lo que llevó a los autores a sugerir que existen sustancias en el café diferentes a la cafeína que son responsables de la activación cardiovascular.

Basados en los resultados de este estudio y en otros previos, los autores concluyen que para un individuo normotenso y sin antecedentes genéticos de hipertensión, tomar café no es considerado un riesgo potencial para esta enfermedad. Por lo tanto, en el consumidor habitual de café, la restricción de esta bebida no parece ser médicamente necesaria para el control de la presión arterial (1).

Hartley y col. concluyeron que tanto en hombres como en mujeres la cafeína tiene un efecto similar en el incremento de la presión arterial, pero que los mecanismos hemodinámicos responsables de dicho aumento son diferentes (2). Jee y col. midieron el efecto del consumo de 5 pocillos de café durante 56 días sobre la presión arterial y encontraron un incremento leve en la presión arterial sistólica y diastólica en 2.4 y 1.2 respectivamente con el consumo de café (3).

El Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, el Comité Conjunto Nacional para la prevención, detección, evaluación y tratamiento de la hipertensión en su más reciente informe no menciona al café o la cafeína como un factor de riesgo (4). La Asociación del Corazón de los Estados Unidos (AHA) afirma que tomar café con moderación (1-2 pocillos al día) no parece tener efectos adversos sobre la presión arterial (5).

Evidencia:
1. Corti R, Binggeli C, Sudano I, Spierker L, Hänseler E, Ruschitzka F, Chaplin W F, Lüscher T F, Noll G.Coffee acutely increases sympathetic nerve activity and blood pressure independently of caffeine contentrole of habitual versus nonhabitual drinking. Circulation 2002;106:2935-2940 
2. Hartley T R, Lovallo W R, Whitsett T L. Cardiovascular effects of caffeine in men and women. Am J Cardiol 2004; 93: 1022-1026.
3. Jee S H, He J, Whelton P K II Suh, Klag M J. The effect of chronic coffee drinking on blood pressure a meta-analysis of controlled clinical trials. Hipertensión.1999, 33: 647-652.
4. The Seventh Report of The Joint National Committee on prevention, detection, evaluation and treatment of high blood pressure. National Institute of Health, National Heart, Lung, and Blood Institute. May 2003
5. American Heart Association. New Advice on Dietary Approaches to Prevent and Treat Hypertension. http://www.medscape.com/viewarticle/523827 [Fecha de consulta 10 de febrero de 2008].

Café y colesterol:

El aumento en los niveles de colesterol, especialmente de la fracción cLDL oxidada, incrementa el riesgo de la formación de la placa ateromatosa y con ello se favorece el riesgo de enfermedades cardiovasculares como el infarto, el accidente cerebrovascular y la hipertensión (1, 2).

En los diferentes estudios se han encontrado resultados controvertidos entre el consumo de café y su posible efecto sobre los niveles de lípidos sanguíneos. Las sustancias involucradas en este efecto son los diterpenos (cafestol y kaweol), sustancias que se encuentran en el café no filtrado (4).

Jee y col. observaron una relación dosis-respuesta entre el consumo de café no filtrado y el incremento del colesterol total y del colesterol cLDL, especialmente en aquellos sujetos que tenían antecedentes de tener el colesterol alto, mientras que no hubo ningún incremento cuando se utilizó el café filtrado (4).

Carson y col. encontraron que con un consumo de 3,35 pocillos de café por día, no se presentaron incrementos significativos en los valores de los lípidos plasmáticos con la excepción de una relación inversa observada entre el consumo de café y los triglicéridos sanguíneos (5).

En el estudio llevado a cabo por Chistenesen encontró que abstenerse de tomar 4 tazas de café filtrado disminuye los niveles de colesterol en 0.28 milimol/l (3).

El café es rico en fenoles simples como el ácido clorogénico y el cafeico, compuestos fenólicos con efectos antioxidantes in vitro. En un estudio reciente, Mursu y col. encontraron que el consumo de café filtrado en cantidades regulares, en hombres no fumadores y saludables, no afectó ni a corto ni a largo plazo la peroxidación lipídica y la actividad de las enzimas antioxidantes; resultados de otros estudios han demostrado que el café tiene efectos importantes como antioxidante en el organismo (6).

Evidencia:
1. Krummel D. Nutrición en las enfermedades cardiovasculares. En: Nutrición y Dietoterapia de Krause. 10ª edición. México:Mc Graw-Hill Interamericana editores S. A; 2001. p. 608-648
2. Grundy SM. Nutrición y dieta en el tratamiento de la hiperlipidemia y la ateroesclerosis. En: Nutrición en salud y enfermedad. 9ª ed. México: Mc Graw Hill; 2002. p. 1387-1408
3. Christensen B, Mosdol A, Retterstol L, Landaas S, and Thelle D. Abstention from filtered coffee reduces the concentrations of plasma homocysteine and serum cholesterol-a randomized controlled trial. Am J Clin Nutr 2001; 74:302-7)
7. Jee SH, He J, Appel J, Whelton PK, Suh II and Klag MJ. Coffee consumption and serum lipid: a meta-analysis of randomized controlled clinical trials. Am J Epidemiol 2001. 153:4; 353-362.
8. Carson CA, Caggiula AW, Meilahn EN, Matthews KA and Kuller LH. Coffee consumption: relationship to blood lipids in middle aged women. Int J Epidemiol 1994: 23; 523-527.
9. Mursu J, Voutilainen S, Nurmi T, Alfthan G, Virtanen J, Rissanen T, Happonen P, Nyyssö K et al. The effects of coffee consumption on lipid peroxidation and plasma total homocysteine concentrations: a clinical trial. Free Radic Biol Med 2005;38:527-53

Café y homocisteína:

Entre los nuevos factores de riesgo cardiovascular emerge la homocisteína, un aminoácido producto intermedio del metabolismo de la metionina y la cisteina, la cual es metabolizada por dos vías en un proceso que requiere como cofactores el ácido fólico, la vitamina B6 y la vitamina B12 (2).

Estudios epidemiológicos han mostrado que un aumento en los niveles de homocisteína en plasma constituye un factor de riesgo independiente para enfermedad coronaria,cerebral, vascular periférica y trombosis venosa (3,4,5). Boushey ycol. reportaron en un meta análisis de homocisteína y enfermedad cardiovascular que el 10% de todas las enfermedades arteriales coronarias podrían ser explicadas por una elevada concentración de homocisteína plasmática (6).

El aumento en la homocisteína puede ser causada por defectos genéticos, la edad, el género, el hábito de fumar y por factores dietarios, dentro de los cuales la deficiencia de folato, vitaminas B6 y B12 han sido los más estudiados (4,5). El efecto del café sobre los aumentos de la homocisteína y su relación con la enfermedad cardiovascular no es claro, por lo que se requiere de más investigación (1).

En un estudio de realizado en Holanda, el consumo mayor o igual a 9 pocillos de café/día incrementó los niveles de homocisteína en hombres de 40 a 42 años de 10.1 milimol/l a 12.0 milimol/H; en mujeres de la misma edad el incremento fue de 8.2 a 10.5 milimol/l. De este estudio  se puede concluir que altos consumos de café pueden incrementar los niveles de homocisteína(7).

En el estudio adelantado por Mennen y col. sobre la homocisteína y los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y suplementación en la dieta habitual francesa, se encontró que las concentraciones de homocisteína plasmática eran más altas en hombres que en mujeres y concluyeron los autores que disminuir el consumo de café y alcohol en mujeres puede ser importante, mientras que para los hombres es importante el incremento en la actividad física, el consumo de fibra dietaria y folato (5).

Christensen y col. en 2001 encontraron que abstenerse de tomar un promedio de 4 pocillos de café filtrado diariamente reducía las concentraciones de homocisteína plasmática en 1.8 milimol/l. Sin embargo, la alteración promedio de homocisteína plasmática por pocillo de café consumido fue de 0.22 milimol/l (1). No se especifica en este estudio la cantidad de ml del pocillo ni el aporte de cafeína por cada uno de ellos.

Urgert y col. concluyen que tomar grandes cantidades de café filtrado incrementa las concentraciones de homocisteína total en sujetos saludables, pero si ésto incrementó o no el riesgo de enfermedad cardiovascular es aún incierto. En este estudio se mostró que el café filtrado, no filtrado y el café instantáneo contienen una sustancia no identificada que puede ser parcialmente responsable de los incrementos de la homocisteína plasmática. Los autores aclaran que las dosis de cafeína utilizada en este estudio fueron muy altas (1100 mg de cafeína/l) equivalentes a 10 o 15 pocillos de café regular, y por lo tanto, no son dosis usualmente consumidas (4).

Algunos autores han atribuido los incrementos de homocisteína al contenido de cafeína del café. Sin embargo, en otros estudios se ha encontrado que la cafeína no es el único compuesto responsable y que sustancias tales como el ácido clorogénico y los diterpenos pueden estar involucrados.

En el estudio de Verhoef y col. cuyo objetivo era determinar si la cafeína era la responsable de los incrementos de homocisteína en plasma, se concluyó que la cafeína fue parcialmente responsable y que existen otros compuestos en el café no investigados por ellos que contribuyeron al aumento (8).

Olthof y col. llevaron a cabo un estudio con el fin de observar si el ácido clorogénico, un compuesto fenólico presente en el café y el té, podría ser en parte responsable del aumento de las concentraciones de homocisteína en humanos y encontraron que tanto el té negro como el café incrementan los niveles de homocisteína plasmática en un porcentaje muy similar. Sin embargo, vale la pena anotar que el efecto de un componente aislado de un alimento, como es el caso del ácido clorogénico del café o de la teofilina en el té o de la teobromina en el chocolate, no es igual que cuando se consume el alimento como tal, con todos sus constituyentes, debido a que cada uno de ellos actúa en forma sinérgica para ejercer su función a nivel orgánico (9).

Grubben y col. llevaron a cabo un estudio para analizar el efecto del consumo de café no filtrado en las concentraciones de homocisteína plasmática. Los resultados mostraron que el consumo de café no filtrado por 2 semanas aumentó en un 10% dichas concentraciones (3). Igual que en otros estudios no se especifica la cantidad, tipo de café, ni el aporte en mg de cafeína.

Evidencia:
1. Christensen B, Mosdol A, Retterstol L, Landaas S, and Thelle D. Abstention from filtered coffee reduces the concentrations of plasma homocysteine and serum cholesterol-a randomized controlled trial. Am J Clin Nutr 2001; 74:302-7)
2. Jaramillo N I. Homocisteína como factor de riesgo cardiovascular emergente. Factores de riesgo cardiovascular, mitos y realidades. Editorial Marín Vieco Ltda. 2004. 253-281
3. Grubben M J, Borres G H, Blom H J, Broekhuizen R, De Jong R, Van Rijt L, De Ruijer E, Swinkels D W, Nagengast F M and Katan M B. Am J Clin Nutr 2000; 71: 480-484
4. Urgert R, Vliet T V, Zock P L and Katan M B. Heavy coffee consumption and plasma homocysteine: a randomized controlled trial in healthy volunteers. Am J Clin Nutr 2000; 72: 1107-1110
5. Mennen L, de Courcy G P, Guilland J C, Ducros V, Bertrais S, Nicolas J P, Maurel M, Zarebska M, Favier A, Franchisser C, Heercberg S and Galan P. Homocysteine, cardiovascular disease risk factors, and habitual diet in the French supplementation with antioxidant vitamins and minerals study. Am J Clin Nutr 2002;76(6); 1279-1289.
6. Boushey CJ, Beresford SA, Omenn GS, Motulsky A. A quantitative assessment of plasma homocysteine as a risk factor for vascular disease: probable benefits of increasing folic acid intakes. JAMA. 1995;274:1049–1057.
7. Nygard O, Refsum H, Ueland P M, Stensvold I, Nordrehaug J E, Kvale G and Vollset S E. Coffee consumtion and plasma total homocysteine: The Hordaland homocysteine study. Am J Clin Nutr 1997; 65: 136- 143.
8. Verhoef P, Pasman W, Vliet T, Urgert R and Katan M. Contribution of caffeine to the homocysteine-raising effect of coffee: a randomized controlled trial in humans. Am J Clin Nutr 2002: 76;1244-1248
9. Olthof M, Hollman P C, Zock P L and Katan M B. Consumption of high doses of chlorogenic acid, present in coffee, or of black tea increases plasma total homocysteine concentrations in humans. Am J Clin Nutr 2001:73; 532-538.

Comentarios finales:

- Como observamos, la evidencia nos muestra datos controvertidos, muchos de ellos con errores metodológicos (por ello la importancia de saber leer la medicina basada en evidencia) que no nos permiten asociar al café con  riesgo cardiovascular.

- Considero el consumo de café filtrado como la mejor opción.

- Conocer qué entra a nuestro cuerpo y sus implicaciones es clave para una buena nutrición.

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